Cuaresma 2023 – Calendario de Cuaresma y Semana Santa

Este año 2023 la cuaresma inicia, con el Miércoles de Ceniza, en febrero, específicamente el 22 de febrero. Este es un día especial para los fieles que acuden a la iglesia, puesto que es el día de imposición de la ceniza, que significa penitencia y deseo de conversión, a la espera de conmemorar con una debida preparación, la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo en la Semana Santa, que este año cae en la semana del 2 al 9 de abril.

Calendario de Cuaresma y Semana Santa 2023

El significado del Miércoles de Ceniza y Cuaresma

El Miércoles de Ceniza marca el inicio de la Cuaresma, 40 días que la Iglesia Católica propone como tiempo penitencial para que los fieles se dispongan espiritualmente a vivir la Semana Santa. Es una costumbre que se tiene desde los primeros siglos del cristianismo.

En aquel entonces, cuando una persona pecaba de forma grave, la asamblea penitencial de la comunidad los recibía y les colocaba ropa áspera de sayal, la cual vestían durante algún tiempo. Además, se les colocaba ceniza en la cabeza, como símbolo de su tristeza por haber ofendido a Dios y al prójimo, y su deseo de convertirse y reconciliarse.

Fue así como surgió la costumbre del Miércoles de Ceniza, en el cual la Iglesia ocupa dos fórmulas para imponerla: “Conviértanse y crean el Evangelio” o “Acuérdate de que eres polvo y al polvo convertirás“. Uno en referencia al sentido de la conversión, y el otro nos recuerda la caducidad del ser humano.

La Cuaresma hace referencia a los 40 días que Jesús pasó en el desierto practicando el ayuno y la oración. Por esta razón, durante este tiempo, la Iglesia Católica pide a sus fieles unirse a Él con tres prácticas esenciales: ayuno, oración y limosna, lo que debe llevar al cristiano a vivir fielmente su vocación de hijo de Dios. Es un tiempo de renovación.

¿Cómo se determina la fecha del Miércoles de Ceniza?

Para conocer la fecha del Miércoles de Ceniza se debe determinar primero la fecha del Domingo de Resurrección. ¿Cómo se determina ésta? Muy sencillo, el Domingo de Resurrección o Domingo de Pascua es el domingo inmediato a la primera luna llena de primavera. A partir de ahí se establece el inicio de la Semana Santa, que comienza con el Domingo de Ramos. Se cuentan 40 días hacia atrás, y ahí se establece el Miércoles de Ceniza.

Fuente: desdelafe.mx

Cinco minutos del Espíritu Santo

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Los Cinco Minutos del Espíritu Santo

”Consolador lleno de bondad, dulce huésped del alma.»

Es bueno repetir muchas veces estas palabras, lentamente, para que sean como gotas de paz que calmen nuestras perturbaciones.

Porque estas palabras nos ayudan a dejar de resistirnos al amor del Espíritu Santo, ya que no hay nada que temer.

En lugar de traernos dificultades y preocupaciones, él viene a consolarnos, viene a ayudarnos a enfrentar todo lo que nos da miedo, viene a darnos calma en medio de las tormentas, viene a decirnos que siempre es posible empezar de nuevo.

En lugar de ser alguien que necesite hacernos daño, él sólo puede desear nuestro bien, porque es amor puro, amor sin mezcla de odios o rencores.
El simplemente está lleno de bondad.
Y en lugar de ser una fuerza que viene a perturbar nuestro interior, o que viene a hacernos sentir la amargura de nuestra pequenez, él viene a reposar en nosotros con una inmensa dulzura.

Nos cuesta reconocerlo, porque nosotros le prestamos mucha atención a los sentimientos negativos que dan vueltas en nuestro interior, pero él es el dulce huésped del alma.

Si pudiéramos descubrirlo, sabríamos que no hay nada más dulce que su presencia.

liturgia de pentecostés

Domingo Pascual de Pentecostés. La Pascua de Pentecostés es el cincuenteno. Día (eso significa «Pentecostés» )de la Pascua de Resurrección. Seria más propio llamar a este día «Día interminable», porque el Espíritu Santo baja Hoy del Cielo para inaugurar solemnemente la Iglesia y dirigirla, y volcar siempre sobre el mundo las riquezas inagotables de la Redención.

Este día es solo un solemne preludio de Su Misión en el tiempo, y en curso siempre de eternidad hasta el encuentro definitivo de todos con Dios.

La Liturgia de este Gran Domingo y del decenario que le precede es una sabia lección de teología del Espíritu Santo, tercera persona divina de la Santísima Trinidad, teología que nuestro Credo condensa en dos frases: «Creemos en El Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con El Padre y el Hijo recibe una misma Adoración y gloria, y que habló por los profetas»……….»por obra del Espíritu Santo, Jesucristo se encarnó de María, la Virgen……..».Piénsese en los siete dones y en los innumerables frutos; léase el himno «veni, Creátor Spíritus»,la secuencia «Veni, Sanete Spíritus», y cada texto pentecostal de los libros litúrgicos; óigase a la Liturgia todo el ciclo anual, y se encontrará el estudioso con el mejor y más ceñido tratado teológico de este Divino Espíritu.

Con este domingo y un doble «aleluya» en la despedida de la Misa y del oficio de Vísperas, se cierra el Ciclo Pascual. El Cirio se apaga y se retira al Bautisterio, al terminarse las Completas.

Palabra de Dios en la liturgia

Valor litúrgico de la palabra de Dios, en las distintas celebraciones y en las diversas asambleas de fieles que participan en ellas, se expresan de modo admirable los múltiples tesoros de la Única Palabra de Dios, ya sea en el transcurso del año litúrgico, en el que se recuerda el Misterio de Cristo en su desarrollo, ya en la Celebración de los Sacramentos y Sacramentales de la Iglesia,y en la respuesta de cada fiel a la acción interna del Espíritu Santo.

De éste modo, la misma celebración litúrgica, que se sostiene y se apoya principalmente en la palabra de Dios, se convierte en un acontecimiento nuevo y enriquece a la palabra con una nueva interpretación y eficacia. Por eso,la Iglesia sigue fielmente en la liturgia el mismo sistema que usó Cristo en la lectura e interpretación de las Sagradas Escrituras, puesto que él exhorta a profundizar el conjunto de las Escrituras partiendo del «Hoy» de su acontecimiento personal.

Sacramento de la Confirmación

I Puntos doctrinales

1.La Confirmación es un sacramento. Si, la confirmación es el segundo sacramento de la Iglesia, desde un principio distinto del bautismo.ellos dos con la Eucaristía,constituyen la llamada Iniciación cristiana.Renacido el hombre espiritualmente en el bautismo, se rebustece en la confirmación con un nuevo  don del Espíritu, y en la Eucaristía se nutre, diariamente si lo desea, con el alimento de la vida eterna. Leer más

Corpus Christi

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El Sacramento de la Sagrada Eucaristía.

La Eucaristía es el Sacramento que contiene verdaderamente el Cuerpo y Sangre de Jesucristo, juntamente con su Alma y Divinidad, toda la Persona de Cristo vivo y glorioso, bajo las apariencias de pan y vino.

El concilio de Trento define claramente esta verdad, fundamental para la vivencia y adoración de Cristo: » En el Santísimo Sacramento de la Eucaristía se contiene verdadera, real y sustancialmente el Cuerpo y Sangre de nuestro Señor Jesucristo, juntamente con su Alma y Divinidad. En realidad Cristo íntegramente.»

Como católicos, creemos que Jesucristo está personalmente presente en el altar siempre que haya una hostia consagrada en el sagrario. Es el mismo Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre, que andaba por los caminos de Galilea y Judea. Creemos que El viene ahora como nuestro huésped personal, cada vez que recibimos la Santa Comunión. Leer más

Solemnidad de Pentecostès

 

 

«El Espiritu Santo les Enseñará todo»

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Definición de pentecostés

Pentecostés es un término que procede del latín Pentecoste, aunque sus orígenes más remotos nos llevan a un vocablo griego que puede traducirse como “quincuagésimo”. El concepto se utiliza para nombrar la fiesta celebrada por la Iglesia católica el quincuagésimo día que sigue a la Pascua de Resurrección, que se sitúa entre el 10 de mayo y el 13 de junio. Dicha festividad está consagrada a la Venida del Espíritu Santo.

Bendición de los corderos en la festividad de Santa Ines


Una de las más hermosas tradiciones de Roma Católica es, sin duda, la bendición de los corderos en la festividad de Santa Inés.

Cada 21de enero son presentados al Papa dos corderos criados por los  monjes de la Abadia trapense de las Tres Fuentes.

La bendición tiene lugar en la festividad de Santa Ines, a la cual, por cierto, se suele representar con un cordero. Y es que el nombre de Ines en latín, Agnes,es una variante de «agnus»,que significa cordero. Este animal es considerado símbolo de pureza e inocencia por su aspecto y por su lana cándida. Y Santa Ines fue pura e inocente y pereció por seguir siéndolo.

El Romano pontífice pronuncia sobre ellos la bendición ritual en medio de una ceremonia breve, al cabo de la cual, los corderos son entregados a las monjas de Santa Cecilia. Son ellas las encargadas de tejer con lana trasquilada a estos corderos benditos los Palios que el Santo Padre entrega a los Arzobispos Metropolitanos el día de San Pedro y San Pablo como signo de comunión con Roma.

El Palio es un ornamento litúrgico de honor y de jurisdicción del Papa y de los Arzobispos Metropolitanos en sus Iglesias y en las de su provincia. Consiste en una tira de lana blanca de unos cuatro dedos de ancho, hecha en forma de collar, adornada alrededor con seis cruces de seda negra y con dos cabos pendientes uno sobre la espalda y otro sobre el pecho del prelado.

El Palio representa el símbolo del Buen Pastor con el cordero sobre los hombros. El Santo Padre impone esta banda de lana blanca a los nuevos Arzobispos Metropolitanos en signo de su especial comunión con la sede apostólica.

 

El Adviento, preparación para la Navidad

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El Adviento, preparación para la Navidad
Tiempo para prepararse y estar en gracia para vivir correctamente la Navidad
Significado del Adviento

La palabra latina «adventus» significa “venida”. En el lenguaje cristiano se refiere a la venida de Jesucristo. La liturgia de la Iglesia da el nombre de Adviento a las cuatro semanas que preceden a la Navidad, como una oportunidad para prepararnos en la esperanza y en el arrepentimiento para la llegada del Señor.

El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa penitencia.

El tiempo de Adviento es un período privilegiado para los cristianos ya que nos invita a recordar el pasado, nos impulsa a vivir el presente y a preparar el futuro.

Esta es su triple finalidad:

– Recordar el pasado: Celebrar y contemplar el nacimiento de Jesús en Belén. El Señor ya vino y nació en Belén. Esta fue su venida en la carne, lleno de humildad y pobreza. Vino como uno de nosotros, hombre entre los hombres. Esta fue su primera venida.

– Vivir el presente: Se trata de vivir en el presente de nuestra vida diaria la «presencia de Jesucristo» en nosotros y, por nosotros, en el mundo. Vivir siempre vigilantes, caminando por los caminos del Señor, en la justicia y en el amor.

– Preparar el futuro: Se trata de prepararnos para la Parusía o segunda venida de Jesucristo en la «majestad de su gloria». Entonces vendrá como Señor y como Juez de todas las naciones, y premiará con el Cielo a los que han creído en Él; vivido como hijos fieles del Padre y hermanos buenos de los demás. Esperamos su venida gloriosa que nos traerá la salvación y la vida eterna sin sufrimientos.

En el Evangelio, varias veces nos habla Jesucristo de la Parusía y nos dice que nadie sabe el día ni la hora en la que sucederá. Por esta razón, la Iglesia nos invita en el Adviento a prepararnos para este momento a través de la revisión y la proyección:

Aprovechando este tiempo para pensar en qué tan buenos hemos sido hasta ahora y lo que vamos a hacer para ser mejores que antes. Es importante saber hacer un alto en la vida para reflexionar acerca de nuestra vida espiritual y nuestra relación con Dios y con el prójimo. Todos los días podemos y debemos ser mejores.

En Adviento debemos hacer un plan para que no sólo seamos buenos en Adviento sino siempre. Analizar qué es lo que más trabajo nos cuesta y hacer propósitos para evitar caer de nuevo en lo mismo.
El tercer domingo de Adviento es llamado “domingo de gaudete”, o de la alegría, por la primera palabra del introito de la Misa: Gaudete, es decir, regocíjense.
Domingos de “gaudete” y “laudete”
Hay dos domingos en el año que se permite usar el color rosa en la vestimenta y estos son el cuarto domingo de Cuaresma (laetare) y el tercer domingo de Adviento (gaudete) porque en medio de la “espera”, se recuerda que ya está próxima la alegría de la Pascua o de la Navidad, respectivamente.
En la corona de Adviento también se suele encender una vela rosada.