El tiempo de Pascua y el Misterio de Pentecostés

1. El Misterio de la Resurrección.

2. Los Domingos de Pascuas.

3. Textos litúrgicos Pascuales

4. Solemnidad de la Ascensión del Señor

5. El tema de la Ascensión

6. Domingo Pascual de Pentecostés

7. Dos notas salientes del Tiempo Pascual

8. Epílogo Pascual.

1. El Misterio de la Resurrección: El hecho histórico de la Resurrección del Señor consta con toda evidencia en los relatos Evangélicos, así como en las abundantes apariciones a los Apóstoles y Discípulos en el transcurso de nada menos de CUARENTA DIAS. Nuevos y constantes estudios no hacen  sino confirmarlos más y más.

Por  otra parte, el Misterio litúrgicamente proyecta su Luz y su gozo pascuales durante SIETE semanas, Incluyendo los misterios de la Ascensión del Divino Resucitado y del descendimiento del Espíritu Santo, en Pentecostés. Más aun: la liturgia de todo el año nos pone diariamente en contacto íntimo con el Salvador, no sólo y sobre todo en el sacrificio y sacramento Eucarístico, sino también, a cada momento, mediante SU PALABRA y las enseñanzas de los Santos Padres y escritores sagrados y del Magisterio de su Iglesia.

De este modo, sin necesidad de palpar, como Tomas, a Jesús Resucitado ni de examinar sus llagas, Los cristianos creemos en ÉL, y lo Adoramos y Glorificamos cultualmente con la Iglesia, a lo largo de CINCUENTA DIAS, integrando, hasta Pentecostés, la SANTA  CINCUENTENA ,como algunos  gusta denominar a toda esta temporada pascual.

En realidad, es el desarrollo incesante del programa espiritual que la Iglesia propone, con SANPABLO, a todos los que quieren de veras salvarse y perfeccionarse: QUAE SÚRSUM SUNT, QUAÉRITE; QUAE SURSÚM SUNT SÁPITE:”Buscad y saboread las cosas de arriba”. Es lo que el CREDO denomina vida del siclo futuro. Así se explica que la liturgia pascual combine los ornamentos blancos del CRISTO GLORIOSOS CON LOS COLORES ROJOS DE LOS MARTIRES, y que las celebraciones de los mismos estén cuajadas de ALELUYAS Y VITORES TRIUNFALES.

2. Los Domingos de Pascuas: Descontando los domingos solemnísimos de Pascua y de Pentecostés, de los otros cinco los más notables son  el IIº y el IVº.

a) Domingo IIº: Ya dejamos dicho que este domingo cierra, con sus segundas vísperas, la gran Octava, o más propiamente, el DIA PASCUAL GIGANTE de los OCHO de aquella semana privilegiada. Los ocho primeros días del tiempo pascual  constituyen la OCTAVA DE PASCUA y tienen la celebración como las SOLEMNIDADES DEL SEÑOR (Normas 12 y 13).

b) Domingo IVº: Ahora es el domingo del BUEN PASTOR. Es decir, de CRISTO, que después de resucitado continua viviendo con su rebaño y que lo conoce y cuida no se desviven sus ovejas,  y las alimenta y también sigue dando su vida para salvarlas. Es el importante Misterio sagrados confiados a los Pastores de almas, Obispos y presbíteros de su Iglesia, a la cual ha hecho depositaria  de su palabra,  de su Eucaristía, de sus Sacramentos.

El nombre y misión de “Divina Pastora” Conviénele a maravilla a la Madre del Buen Pastor y de la Iglesia, la VIRGEN MARIA.

3. Textos litúrgicos Pascuales: Merece llamarse la atención  sobre la riqueza y variedad textual de la liturgia pascual, después de renovación conciliar. Tanto el Misal como el libro de las Horas han sido provistos  sabia y copiosamente. Prescindiendo de los Leccionarios, que son inagotables, destacaremos tan solo la flor de esta literatura selecta.

La Misa ha sido provista, todo el Tiempo Pascual, de textos propios: los domingos totalmente; las ferias, las Oraciones de todos los días, y los demás textos han sido repartidos y combinados entre las ferias, pares e impares.

Hay que agregar  cuatro PREFACIOS al único anterior. Los cinco empiezan y terminan idénticamente. Cada uno desarrolla una idea Pascual distinta. En esta forma:

El 1º abarca el MISTERIO PASCUAL en su conjunto: el cordero quitando el pecado del mundo, destruyendo con su muerte nuestra muerte y restaurado nuestra vida con su resurrección.

El 2ºpresenta a los hijos de la luz en el brillo de la vida eterna, del Reino celestial, ya resucitados y triunfantes.

El 3º aparece el Cristo inmortal, aunque inmolado, siempre vivo, interpelando siempre por nosotros.

El 4º afirma la restauración universal de todo lo viejo y caduco, vuelto a su integridad nativa.

El 5º campea Cristo Sacerdote y víctima, Altar y cordero, para nuestra salvación; total, como se ve, toda una teología Pascual selecta.

En el Oficio, fuera de los Salmos e himnos (y en estos últimos figuran algunos nuevos) casi todos los textos son nuevos o reformados. Basta decir que cada domingo y cada feria los tiene propios y distintos, magníficamente escogidos y entre sí armonizados. Las lecturas bíblicas de las ferias, hasta el domingo VIº, exclusive, son del Apocalipsis, con las cuales concuerdan en el significado Pascual las patrísticas, sin ser comentarios de las mismas. Figuran autores hasta ahora poco conocidos en la liturgia, pero cuya doctrina es muy para nuestros días y muy esclarecedora del Misterio salvador.

4. SOLEMNIDAD DE LA ASCENCIÓN DEL SEÑOR: Al Misterio de la Ascensión lo califican las LETANIAS de admirable. Admirándole se quedaron, efectivamente, los Apóstoles y VARONES DE GALILEA. Aquel día históricos, al ver al Señor subir al cielo, a los cuarenta de resucitado, para SENTARSE A LA DERACHA DE DIOS PADRE TODO PODEROSO, como reza nuestro Credo.

Fue a prepararnos una morada en aquel Reino eterno. Ésta Solemnidad es las más deliciosas del calendario, y también de las más antiguas. San Agustín la tenía como de institución  apostólica. Por algún  tiempo  se la hermanó con la Pentecostés, a causa de la proximidad y afinidad de ambas. Desde el siglo VII se distinguió con una Vigilia solemne, y desde el XV con octava, las dos han sido suprimidas. Ello no obsta para que los diez días que separan a ambas  solemnidades sean litúrgicamente una intensiva preparación  para la bajada del Espíritu Santo, el proseguidor en la Iglesia del Divino Resucitado, conjugando los dos misterios. La Virgen María y los Apóstoles y la primera comunidad cristiana de Jerusalén esperaban,  en el cenáculo, en reverente oración “al Espíritu de la Verdad, al prometedor del Padre”, canta la liturgia. A esto respondió la Novena al Espírito Santo, prescrita por León XIII, y a lo mismo responde ahora la repetición  diaria Vespertina  del himno “Veni, Creátor Spíritus”.

5. El tema de la Ascensión: ¿Quién no conoce los relatos evangélicos de S. Lucas (24, 45-53) y de S. Marcos (16, 19-20), y el más detallado de los Hechos de los Apóstoles, de S. Lucas (1, 1-11)? El acontecimiento fue público, y a todos visible. Le precedió una larga instrucción de Jesús a todos los presentes y la última y reiterada misión ministerial a los Apóstoles: “Id por todo el mundo, predicad el evangelio a toda criatura, y adoctrinad a todas las gentes, bautizándolas  en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a observar todas las cosas que os he mandado”. Y termina S. Mateo: “Y mirad, que Yo estoy con vosotros todos los días hasta la consumación de los siglos”. ¡Palabra del Dios! Cristo, en efecto, está siempre presente real y sustancialmente en la Eucaristía, en la Iglesia sacramental, y salvíficamente operante en el Ministerio del Culto, y de muchas otras formas ocultas, pero reales.

Al emprende Jesús Su marcha ascendente, “Alzo sus ojos y bendijo a los allí presentes y, mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo”, escribe S. Lucas (24,50). “Su Reino no tendrá fin”, afirma el Cielo.

La magnificencia de ese Reino y el podes soberano de ese Rey los describe maravillosa y misteriosamente S.  Lucas en  el Apocalipsis, cerrando con ello la Biblia sagrada. Fue el paraíso que intuyó  y pidió para si en el Calvario, a Jesús moribundo, el buen ladrón, y le fue concedido aquel mismo día (Lc 23, 42).

Alrededor de estos temas se desarrolla la liturgia de la ASCENSION, verdadero y anticipado festín de la patria celestial.

6. Domingo pascual de “Pentecostés”:

La pascua de pentecostés es el cincuenteno Día (eso significa “Pentecostés)”: de la pascua de Resurrección. Sería más propi llamar a este día “Día interminable”, porque el Espíritu Santo baja HOY del cielo para inaugurar solemnemente la Iglesia y dirigirla, y volcar siempre sobre el mundo  las riquezas inagotables de la Redención. Por eso este Día es solo un solemne preludio de Su misión en el tiempo, y en curso siempre de eternidad hasta el encuentro definitivo de todos con Dios, razón tuvo San Atanasio para llamar a este domingo “el Gran domingo”; y San Crisóstomo  “Metrópolis de las solemnidades”. Es que la pascua pentecostal inicia dinámica y eclesiásticamente en el mundo de la gracia una era primaveral de vida sobrenatural, y con ella se incoó, aquí abajo, “el cielo nuevo y la tierra nueva” del reino que hemos de poblar los redimidos en la eternidad. La liturgia de este Gran domingo y del decenario que le precede es una sabia lección de teología del Espíritu Santo,  tercera Persona Divina de la Sant.Trinidad, teología que nuestro Credo condensa en dos frases:”CREEMOS EN EL ESPIRITU SANTO, SEÑOR Y DADOR DE VIDA,  QUE PROCEDE DEL PSDRE Y DEL HIJO, QUE CON EL PADRE Y EL HIJO RESIBE UNA MISMA ADORACION Y GLORIA, Y QUE HABLO POR LOS PROFETAS”…..”POR OBRA DEL ESPIRITU SANTO, JESUCRISTO SE ENCARNO DE MARIA LA VIRGEN….”.Piénsese en los sietes dones y en los innumerables frutos; léase el himno”VENÍ CREÁTOR SPIRITUS”, la secuencia “VENI, SANETE SPIRITU”, y cada texto pentecostal de los libros litúrgicos; óigase a la liturgia todo el ciclo anual, t se encontrará  el estudioso con el mejor y más ceñido tratado teológico de este divino Espíritu.

Con este domingo y un doble Aleluya en la despedida de la Misa y del Oficio de Vísperas, se cierra el Ciclo Pascual. El Cirio se apaga y se retira al Bautisterio, al terminarse las Completas.

7. Dos notas salientes del Tiempo Pascual: Pentecoste sierra espectacularmente el Tiempo Pascual. Los habituados al culto y el pueblo en general habrán advertido dos notas salientes, que merecen ser ilustradas antes de terminar este capítulo. Son:

a) El uso constante del Aleluya

b) La presencia del Cirio Pascual llameante.

a) El Aleluya: El término hebreo”HALLELOUYA”,se descompone en dos: “HALLELOU”, alabanza jubilosa, y “YAH”, SEÑOR,  nombre inefable de Dios. Que traducimos por, alabad a Dios.

Fue una jaculatoria  muy usada por los judíos y adoptada  muy desde el principio por los cristianos para las asambleas religiosas, lo mismo que para inscripciones y epitafios y hasta para brindis y arengas populares. De ahí que la historia del Aleluya haya resultado todo un poema.

San Juan la ha transmitido en el Apocalipsis como una tonada celestial angélica:”OÍ”-DICE-como  un gran clamor de multitud numerosa en el cielo, que decía: “! ALELUYA, ALABADO AL SEÑOR!”. Y la repitieron  segunda vez y otra vez los 24 ancianos que rodeaban el trono del Cordero. “Y una vos poderosa  salió del mismo trono, diciendo: ALELUYA ALABAD  A VUESTRO DIOS TODOS SUS SIERVOS…., Y UN CLAMOR DE MULTITUD Y COMO FRAGOR DE TRUENOS POTENTES, DECIAN: ALELUYA” (Ap. 19,1-7).

b) El Cirio Pascual: También el Cirio Pascual tiene una bella historia, y sobre todo su rico simbolismo litúrgico. Desde la Vigilia Pascual, en que fue encendido directamente del fuego nuevo y entró procesionalmente en la oscuridad del Templo inundándolo de la “LUZ DE CRISTO”, sigue en el presbiterio presidiendo las sagradas celebraciones de todo el Tiempo Pascual. Representa, visiblemente, al CRISTO RESUCITADO INVISIBLE, apareciéndose y acompañando a los Apóstoles. Bíblicamente recuerda la nube luminosa con que Yahvé alumbraba  y protegía paternalmente a du pueblo, peregrino por el desierto que les llevaba a la tierra prometida. Lo mismo quiere significar el CIRIO PASCUAL para los redimidos por CRISTO, que caminamos conducidos por la fe y por la MADRE IGLESIA, bajo el ESPIRITU PARACLITO, hacia la casa del PADRE y REINO DEL SALVADOR,  “DIOS DE DIOS, LUZ DE LUZ”. Retirado del presbiterio, el domingo de PENTECOSTES después de COMPLETAS, pasa al Bautisterio parroquial, para presidir, encendido, el renacer espiritual de todos los bautizados, individual o colectivamente. En él encenderán  los padres el cirio bautismal de sus hijos, como quienes avivan su fe cristiana, ellos mismos, y para emprender la catequización y educación de sus hijos y de la IGLESIA, mientras de ellos dependen.

(El origen del CIRIO PASCUAL es antiquísimo. Es, por lo menos, anterior a S. Jerónimo y a S. Agusn, pues hablan de él. En un principio hizo como de almanaque o calendario, porque se grababan  en el las datas de la Pascua y fiestas movibles del año, guiados por astrónomos peritos de Alejandría. Sus patriarcas la trasmitían después a todas las iglesias de Oriente, oficialmente, para concordar la Liturgia. De ahí que su decoración y elaboración se hicieran con particular esmero, hasta constituir verdaderas obras de arte. Los había de extraordinarias dimensiones; algunos hasta de 35 pies de alto. Los de Abadía de Westminster suponían no menos de 300 quintales de cera, anotan las crónicas. Piénsese, aún hoy en día, en el de Abadía y Basílica de S. Pablo de Roma. También el de la Abadía Bonaerense, en Argentina, es buen modelo).

La decoración ritual de hoy, que es optativa, se reduce a una cruz notable, cinco granos de incienso  en el incrustrados, las letras griegas Alfa y Omega, y las cifras  del año en curso. En los cereros está brindarlos  dignos del Culto Divino, lo suficientemente altos y gruesos, para que se presten para tal decoración  y uso duradero. Pero también está en el Clero responsable darle dicho uso en la Liturgia y explicar su simbolismo. Finalmente, ¡Que apunto estaría  este CIRIO PARROQUIAL, aunque fuese solo despidiendo al cadáver de cada feligreses, como “LUZ ETERNA”, mientras sus exequias y su adiós para la eternidad!.

Sirva de colofón Litúrgico del Tiempo y espiritualidad pascuales la última

ORACION DE PENTECOSTÉS:

”Dios todo poderoso y eterno, que has querido que la celebración  de la Pascua durase simbólicamente cincuenta días y acabase con el día de Pentecostés.
Te pedimos, que los pueblos divididos por el odio y el pecado, se congreguen por medio de tu Espíritu, y que las diversas lenguas encuentren su unidad en la confesión de tu Nombre”

8. EpilogoPascual, para nunca olvidar: Es parte de una homilía antigua, que la nueva Liturgia nos hace leer el lunes siguiente al que aquí hemos llamado “DOMINGO GIGANTE”, formado por de de pascua  y por el siguiente, concluyendo ambos juntos, el “OCTAVARIO “Pascual.

Viene de perlas para explicar y aplicar a hoy y a toda la vida cristiana, y aun humana, el sentido cabal de la Pascua espiritual:

<“La Pascua que celebramos es el origen de la salvación de todos los hombres, empezando por el primero de ellos, ADAN. Este pervive aún en todos los hombres, y en nosotros recobra, ahora, la vida”.

<“Aquellas realidades (bíblicas) temporales que fueron escritas al principio para prefigurar la realidad presente, eran sólo imagen y prefiguración parcial e imperfecta de lo que ahora aparece. Pero una vez presente la Verdad, conviene que su imagen se eclipse, ya que a nadie se le ocurre, cuando llega el rey, venerar su imagen sin hacer caso de su persona”.

<“En el caso de la Pascua, es evidente hasta qué punto la imagen queda lejos de la verdad, puesto que aquella conmemora la breve vida de los primogénitos judíos, mientras que éstas, la Verdadera Pascua, celebra la Vida eterna de todos los hombres”.

<“No es gran cosa,  en efecto, escapar de la muerte por un cierto tiempo después hay que morir; sí, lo es, en cambio, poderse librar definitivamente de la muerte; como es nuestro caso, una vez que CRISTO,  nuestra PASCUA, se inmoló por nosotros, destruyó la muerte y resucitando El nos ha resucitado a la vida eterna”.

<“Y CRISTO, el Padre del siglo futuro, la Victima inmolada por nosotros, es quien abolió toda nuestra vida pasada y, por el bautismo, nos dio una vida nueva, realizando en nosotros como una imagen de Su Muerte y de Su Resurrección”.

<“Por lo tanto, todo aquel que sabe de CRISTO, nuestra PASCUA, ha sido inmolado por él, sepa también que, para él la vida comenzó  en el momento mismo en que CRISTO se inmoló para salvarle, en efecto, se inmola por cada uno cuando reconoce tal gracia y confiesa haberla recibido por este Sacrificio”.

<“Esto supuesto, procuremos de verdad comenzar una vida nueva y olvidar y renunciar a la antigua, ya desaparecida. Porque, como dice la escritura: los que hemos muerto al pecado, ¿cómo seguir viviendo y cometiéndolo?”.

8 comentarios en «El tiempo de Pascua y el Misterio de Pentecostés»

  • 14 mayo 2011 a las 18:03
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    enceriooooooooooooooooooooo
    me aburri leyendo

    aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
    :O

  • 14 mayo 2011 a las 18:12
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    DESIFRAME :O Y TE ODIARE MAS ME ABURRIRE MAS…

  • 14 mayo 2011 a las 18:13
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    HOLA ESTO ES MUY LINDO 😀 LOS QUIERO

  • 29 marzo 2013 a las 14:09
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    el misterio de la pascua nos trae conversion, esperanza, luz, amor, paz y revelaciones para cada uno es particulas…la pascua es vida nueva

  • 3 mayo 2021 a las 10:53
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    Asi como en el calendario judio, la fiesta de la Pascua cristiana se prolonga por un espacio de cincuenta dias, una octava de domingos y siete semanas, durante las que conmemoramos a Cristo resucitado, presente en la Iglesia, y al Espiritu Santo, donacion de la promesa del padre.

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